Sophia Bennett, la arquitecta de las mujeres

En 1893 se celebraba en Chicago la Exposición Universal que tenía como objetivo conmemorar el cuarto centenario de la llegada de Cristóbal Colón al continente americano. En la exposición, en la que se dieron cita representantes de muchos países y se mostraron muchos avances tecnológicos, se construyó un pabellón exclusivo para debatir, exponer y reflexionar sobre la situación de las mujeres en el mundo. El edificio fue construido por una mujer que se había convertido en una de las primeras arquitectas de la historia, Sophia Bennett.

Sophia Hayden Bennett nació el 17 de octubre de 1868 en Santiago de Chile. Su madre, Elezena Fernández, era una mujer chilena casada con un dentista americano, George Henry Hayden. Sophia, que tenía una hermana y dos hermanos, fue enviada a Boston cuando tenía seis años. Allí, instalada en casa de sus abuelos paternos, estudió en la Hillside School y después continuó sus estudios en el West Roxbury High School donde ya empezó a interesarse por la arquitectura. En 1890, Sophia se graduaba con honores en arquitectura en el Instituto Tecnológico de Massachusetts, el prestigioso MIT. A pesar de haber conseguido unas notas excelentes y demostrar que podía ser una gran arquitecta, su condición de mujer le cerró muchas puertas. Ante la impotencia de no poder ejercer en la profesión para que la que se había preparado, y ante la necesidad de ganar un sueldo, tuvo que aceptar un puesto de trabajo de maestra de dibujo técnico en un instituto de Boston.

Poco tiempo después, se organizó en Chicago un concurso para elegir al arquitecto, o arquitecta, que diseñara un edificio que tenía que formar parte de la Exposición Universal Colombina de Chicago que se iba a celebrar en 1893. Los organizadores del evento decidieron dedicar un pabellón entero a hablar de las mujeres, de sus logros y de sus reivindicaciones. Al frente del proyecto se puso una empresaria y conocida mecenas de las artes, Bertha Potter Palmer, quien decidió que desde los cimientos hasta los contenidos los iban a crear mujeres. Bertha escogió entonces el diseño realizado por Sophia quien, a sus 21 años, demostró tener una gran capacidad como arquitecta.

El Women's Building era un espectacular edificio que se convirtió en el punto de encuentro de debates, exposiciones y conferencias sobre la mujer donde participaron mujeres de la talla de Susan B. Anthony, Lucy Stone y Mary A. Greene. El edificio acogió también una amplia biblioteca en la que se podían consultar hasta siete mil libros escritos por mujeres.

A pesar del éxito y la trascendencia que tuvo la exposición, para Sophia Bennett fue una mala experiencia. A lo largo del proceso de construcción, recibió muchas críticas, aunque también hubo arquitectos que defendieron su obra. Pero a Sophia le pesaron más las presiones que recibió y los escasos honorarios que obtuvo pues mientras que cualquier colega suyo varón habría recibido 10.000 dólares, ella solo ganó 1.000.

Tras esta experiencia, Sophia Bennett no construyó ningún otro edificio. En 1900 se casó con un pintor con el que nunca tuvo hijos, aunque se hizo cargo de una hija de su pareja. Sophia dedicó su vida al arte hasta que falleció en 1953.

 

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