El mercado internacional de los servicios de interiorismo se pronostica tendrá un crecimiento constante superior a 4%. Los consumidores, cada vez mas consientes, reconocen el valor del diseño de interiores y lo relacionan con cuestiones como la salud, la seguridad y el bienestar. De un interiorismo sostenible se derivan cambios positivos en los individuos, permitiendo transformar su calidad de vida.
Las personas pasamos el 90% de nuestro tiempo en espacios interiores, más de 21 horas al día, (según datos de 2013 de la OMS). En la actualidad se desarrolla la vida urbana en el interior, el concepto “urbanismo interior” se evidencia en la continuidad e interconexión de espacios, desde puentes y túneles subterráneos hasta megaestructuras. Charles Rice en su libro Interior Urbanism(2016), explora el origen de esta tensión contemporánea entre el interior y el exterior, identificando este concepto y rastreando su historia hasta las obras de John Portman, describiendo como los monumentales atrios de hoteles, centros comerciales y terminales de pasajeros, se edifican plasmando una imagen de ciudad “dentro” de un edificio. Sin embargo, estos espacios desconectados de su entorno, pueden deteriorar la sociabilidad de una ciudad en el exterior.
Koolhaas escribió: “Portman también es responsable de perfeccionar él sólo el invento que se extendió de Atlanta al resto de los Estados Unidos y de ahí al mundo, (incluyendo Europa): reinventó el atrio. Desde los romanos, el atrio ha sido una abertura en la casa o en un edificio que inyecta luz y aire al centro; con Portman se convirtió en lo opuesto: un contenedor de artificialidad que permite a sus ocupantes olvidar la luz del día para siempre: un interior hermético sellado contra lo real. “
Reflexionado lo anterior, actualmente estamos inmersos en atmósferas artificiales, pasando gran parte de nuestro tiempo en espacios cerrados, ya sea por limitaciones contextuales específicas como el clima, o la falta de espacio. Hoy en día, trabajamos en oficinas o home office, comemos en restaurantes, nos ejercitamos en el gimnasio, etc.; dada esta realidad, resulta imprescindible generar los mínimos estándares de confort en los espacios interiores.
Hacia un Interiorismo Sostenible
El respeto por el medioambiente estará definiendo los espacios que habitamos, en un planeta cada vez más contaminado necesitamos crear entornos más saludables y eficientes; optimizar el uso de los materiales y reducir el consumo energético.
Desde mi perspectiva, para realizar un buen proyecto de diseño de interiores se deberían considerar estos criterios fundamentales.
Diseñar espacios inteligentes. Espacios flexibles, multifuncionales y dinámicos que se adapten a las necesidades cambiantes del mundo y de las personas, ofreciendo soluciones versátiles que integren la tecnología, por ejemplo, sistemas de control de iluminación y temperatura; conceptos como “neuroiluminación” o los nuevos sistemas de “aerotermia” se incorporan en el diseño de un proyecto de interiores considerando el bienestar, eficiencia y productividad de los usuarios. El diseño inteligente ahora se centra en crear áreas que puedan servir para múltiples propósitos, la desaparición de los límites entre funciones seguirá transformando las tipologías arquitectónicas; oficinas que se convierten en salas de yoga o comedores en áreas de juegos, optimizando así los espacios.
Respeto y conexión con la naturaleza. Atmósferas interiores conectadas al exterior desdibujando sus fronteras y aprovechando al máximo la luz natural, mediante superficies acristaladas colocadas estratégicamente. Incorporar el diseño biofílico, además de añadir plantas, crear espacios permeables, fluidos y vinculados a su entorno; utilizar materiales naturales tradicionales como madera, arcilla, piedra, bambú o compuestos ecológicos como el linóleo; además, materiales innovadores originados de desechos agrícolas como, por ejemplo, cáscaras de coco o de almendra, algas u hongos, que se pueden aplicar como revestimientos dando origen a nuevas texturas.
Identidad local desde la materialidad. Significados culturales propios de una región y su simbolismo, establecen nexos emocionales con las personas que interactúan en un espacio, evocando sensaciones de pertenencia e identidad. Crear una arquitectura interior con carácter regional, respetando el contexto, materialidad y las singularidades de su territorio, marca un referente de diseño con identidad local. Así mismo, emplear materiales endémicos favorece el confort térmico, contribuye a disminuir la huella de carbono, impulsa la economía local, e incluso beneficia los tiempos de obra, ya que se aplican técnicas vernáculas de construcción.