Utilizar fibra de carbono reduce el tiempo y espacio de ejecución, no requiere grúas ni herramientas especializadas para corte ni hacer análisis de riesgo previos.
Este material es un entramado multifuncional de fibras plásticas que ofrece una solución para distintos problemas de refuerzo estructural, con la ventaja de adaptarse a la geometría de elementos de concreto, madera o mampostería.
Trabaja a tensión para reforzar estructuras cuando falta acero o concreto, y brinda mayor resistencia que el acero convencional. Como un tejido, cuantas más capas tenga mayor será el grado de refuerzo.
En México su uso va en aumento. El reforzamiento preventivo de una torre de uso mixto en Santa Fe, a la que aumentaron la altura cuando ya estaba en construcción, se está realizando con CarboDur, de Sika. Otro ejemplo es el puente que soporta la autopista Naucalpan-Ecatepec, el que fue reforzado con MasterBrace LAM, de BASF, debido a que se agregó una caseta de cobro que no estaba proyectada.
"El costo de la fibra de carbono es más elevado que el del acero (alrededor de 2,000 pesos por metro cuadrado contra 200), pero las ventajas son superiores, además de que no requerimos desalojar el inmueble, como ocurrió en un edificio con 40 años de antigüedad, que tenía dictamen de demolición debido al agrietamiento por flexión en trabes, fatiga en columnas y deformación de 15 cm en losas", señala Mauricio Serrano, socio director de Quimec.