Un grupo de diseñadores de Canadá han instalado columpios musicales, junto a una parada de autobús, esto con el objetivo de darle un toque especial y de magia a los lugares más cotidianos de la ciudad.
Los columpios suenan cuando los peatones se mueven al unísono en lugar de hacerlo de manera independiente. El resultado es un instrumento gigante hecho de 21 columpios musicales; cada columpio en movimiento dispara diferentes notas, todos los balanceos juntos componen una pieza, cuyos sonidos emergen solo de la cooperación.
El proyecto estimula la propiedad del espacio público, reuniendo a personas de todas las edades y orígenes, y creando un lugar para jugar y pasar el rato en el centro de la ciudad.
“Actualmente se está realizando una versión del proyecto para que estos momentos colectivos se extiendan por todo el mundo”.