La bioarquitectura no solo se construye con materiales de la naturaleza, sino que también entran en juego las formas, la conexión con la tierra y las energías positivas.
Es decir, al final el concepto bioarquitectura engloba toda aquella arquitectura que busca establecer unas relaciones equilibradas entre lo construido, el medio ambiente, el entorno y las personas que habitan estos espacios.
Además, a nivel constructivo, se intenta dar la mejor repuesta y uso a los recursos energéticos del lugar, para así generar el menor impacto posible sobre el medio ambiente local.
Un bio-arquitecto no sólo es contratado para hacer casas, sino que también puede construir todo tipo de edificaciones.
Numerosos testimonios cuentan cómo los sanatorios y consultorios médicos se han beneficiado con este tipo de arquitectura que no sólo respeta a la naturaleza sino que también le hace bien al individuo que allí se hospede. Es increíble, pero en esos lugares, la gente se siente mejor y trabaja de manera confortable y en armonía, eso que tanto buscas y no logras encontrar.
La bioarquitectura no es sólo una manera de construir, sino que es un equilibrio entre la energía de la tierra, los materiales y el ser humano.