El diseño estuvo a cargo de Zaha Hadid Architects
y la empresa francesa especializada en ingeniería aeroportuaria ADP Ingénierie. La enorme estructura de acero cuenta con 313.000 m2 y ha sido diseñado para soportar un volumen anual de 620.000 vuelos el tráfico, 100 millones de pasajeros y 4 millones de toneladas de carga y contará con siete pistas de aterrizaje, 78 puertas e incluirá un hotel.
A la hora de desarrollar este proyecto se ha contado que sea un aeropuerto adaptable y sostenible, además de instalarse lo último en tecnología ecointeligente como paneles solares, transportación eléctrica en su interior y un sistema de reciclaje de agua y desechos.
Esta megaconstrucción con forma de estrella será un centro clave dentro de la creciente red de transporte de Beijing al contar con un centro de transporte de 80.000 metros cuadrados con enlaces directos a los servicios ferroviarios locales y nacionales, incluyendo el tren de alta velocidad Gaotie.
Además el recinto incluirá jardines y áreas separadas para pasajeros de vuelos internacionales y nacionales en un intento por reducir las filas de espera y crear un espacio más compacto.