Estudios recientes han demostrado la influencia que tiene la calidad del espacio en el estado de ánimo de las personas.

Pruebas realizadas mediante audífonos que miden la actividad cerebral relacionada con los estados mentales. 

Gracias a la Neuroarquitectura sabemos que las capacidades cognitivas de los ancianos en las residencias mejoran un 20% subiendo la potencia de la luz, o que los enfermos se recuperan antes si los hospitales tienen vistas a un parque.

La Neuroarquitectura es una parte de la neurociencia que analiza cómo el espacio arquitectónico afecta el estado de ánimo de las personas. Investiga como debe de ser el diseño del espacio para mejorar el bienestar y reducir el estrés, ansiedad o depresión de los seres humanos.

La psicología del color aplicada a la arquitectura ayuda a que las personas que habitan determinado espacio sean más felices.

En cuestión de las oficinas hay numerosos estudios que demuestran que la iluminación natural y las vistas mejoran la productividad, el rendimiento y la memoria. E incluso que los empleados que más luz reciben duermen hasta 46 minutos más por la noche