Luis Barragán Morfín nació en 1902 en Guadalajara, donde hizo sus estudios profesionales y se graduó como ingeniero civil y arquitecto en 1925. Tras terminar sus estudios estuvo en Europa durante dos años, en viaje de estudios y de placer, pero sin haber estado en academia o institución alguna.
En este viaje se impresionó de la belleza de los jardines de las ciudades que visitó, como el Generalife de Granada y los de las villas italianas y de la costa del Mediterráneo. Desde entonces conservó su interés por la arquitectura del paisaje.
Dedicó mucho tiempo a estudios de planificación y a negocios en bienes raíces y adquirió propiedades en la avenida San Jerónimo. En terrenos con gran abundancia de lava volcánica descubrió las posibilidades de realizar bellos jardines en las rocas, lo que despertó en él la ambición de desarrollar ahí una urbanización residencial, cuya casa fue la primera erigida en la zona.
El arquitecto desarrolló el proyecto total de planificación y urbanismo para la firma Jardines del Pedregal de San Ángel, S.A., que fue el nombre que se dio a esta sociedad.
En 1957 fue invitado por la empresa que desarrollo ciudad Satélite para constituir el símbolo de la urbanización, para el cual Barragán, ya con la idea definida de que consistiera en un grupo de elementos verticales de gran proyección publicitaria, invitó al escultor Mathías Goeritz a colaborar en el desarrollo del proyecto.
En 1976 el Museo de Arte Moderno de Nueva York presentó la primera exposición sobre su obra y publicó el libro-catálogo de Emilio Ambasz. Esto lanzó a Barragán a la fama internacional. Ese año recibió también, en México, el Premio Nacional de Ciencias y Artes.
En la edición de 1980 de los premios Prizker, fue otorgado al emblemático arquitecto Luis Barragán, hasta el momento es el único arquitecto mexicano en haberlo conseguido. En ese entonces Jay Pritzker elogió la obra de Barragán calificándola de “un acto sublime de imaginación poética”.
Tmabién recibió el Premio Jalisco. Se realizó una gran exposición retrospectiva en el Museo Tamayo de la Ciudad de México. Y en 1987 recibe el Premio Nacional de Arquitectura.
El 22 de noviembre de 1988, Luis Barragán murió en la Ciudad de México, actualmente sus restos reposan en la Rotonda de los Jaliscienses Ilustres.