¿Afectará a la vivienda la guerra comercial con EU?

Tras el incremento a los aranceles de 25% y 10% al acero y aluminio respectivamente, México ya ha tomado las primeras medidas. En respuesta, el gobierno de nuestro país anunció el incremento en los aranceles de algunos productos estadounidenses como el whiskey, manzanas, arándanos y algunos productos del cerdo. Además, algunas de las exportaciones de acero y aluminio hacia el país del norte han sido detenidas.

“Hay que considerar que no es un arancel que se va a aplicar exclusivamente a nuestro país, sino que se está aplicando de manera general a la importación de acero hacia Estados Unidos”, apuntó Fernando Bolaños, gerente de Análisis de Monex.

Añadió que por lo tanto esto no es algo que se está haciendo con el objetivo de detener la importación a Estados Unidos del acero de México, sino que es aplicado a nivel general, aunque eso tendrá una repercusión en nuestras exportaciones.

En este sentido José Manuel Márquez y José Nabor Cruz, especialistas del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, consideraron que la acción de Trump es más una medida de presión para la renegociación del TLCAN y para la Unión Europea, con quien busca una disminución de los impuestos a los autos que comercializa en esa región.

“La imposición de aranceles también representa un mensaje hacia los electores de EU, en cuanto a que está cumpliendo con su promesa de campaña de proteger a las industrias acerera y automotriz de su país, así como los empleos que generan ambos sectores”, indicaron los especialistas en un comunicado.

¿Cuáles son las repercusiones en México?

Los principales afectados en México serían los productores de acero y aluminio del país que exportan sus productos a Estados Unidos.

Los productores mexicanos tienen el reto de colocar acero en otros mercados o hacerlo en Estados Unidos con una disminución de precios, eso afectaría sus márgenes y a lo mejor sería necesario buscar otro tipo de mercados a donde pudieran exportar este acero y tratar de que sea menor la afectación, apuntó Fernando Bolaños.

En cuanto a otras industrias, la construcción y la automotriz son las que más hacen uso del acero y en cierto aspecto podrían tener algunas presiones de este mercado. Leonardo González, analista de Real Estate de Propiedades.com señaló que estos nuevos aranceles tienen principalmente tres implicaciones: Primero, una mayor incertidumbre en el entorno económico este año; en segundo lugar, mayores costos imputados de los insumos básicos de la edificación a los precios de salida de los nuevos desarrollos y, por último, una mayor vulnerabilidad del peso, lo que consolidaría al “súper dólar”.

“Dado que el sector inmobiliario es impulsado por la demanda como driver primario y las metas de comercialización han sido alcistas, tenemos que ante mayores costos del acero, aluminio u otros insumos de edificación es probable que se traslade hacia los precios de preventa, o bien, implique ajuste de precios de cierre de los inmuebles ofertados”, indicó González.

“Este incremento aún es ambiguo ya que los proyectos tienen que descontar esta nueva fase de la industria. No obstante, el próximo dato de la inflación del sector construcción será más indicativo de la magnitud que tendrán estas medidas proteccionistas sobre toda la mezcla inmobiliaria nacional”, añadió el analista.

El panorama con miras al TLC

“México está observando cuál sería el siguiente paso de Estados Unidos, el que ya se ha estado comentando es que pudiera haber aranceles a la importación de automóviles en Estados Unidos, esto tendría afectaciones más fuertes, porque uno de los productos que más exportamos hacia aquel país son los automóviles”, apuntó Fernando Bolaños.

“Nuestro escenario es que se mantenga el Tratado de Libre Comercio, aunque sí haya una renovación. Creemos que eso sí podría hacer falta. Hay que considerar que muchísimas cosas no se definieron en el 94 porque ni siquiera existían, empezando por algo tan sencillo como el comercio electrónico”, destacó Bolaños.

Por otra parte, la vivienda se consolida como un activo refugio donde fluyen más inversiones del portafolio de los hogares.

“En caso de que el dólar se consolide y la estrategia de tasación sea cotizar en dólares, veremos que los bienes raíces residenciales efectivamente sean un activo refugio. No solo para evitar la pérdida de valor, sino como mecanismo ágil de comercialización, prospección y gestión presupuestaria para los hogares”, concluyó Leonardo González

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