Las entidades que realizan mayores inversiones en infraestructura, de acuerdo a los resultados del Indicador Compuesto de Capacidad de Inversión (ICI) son Estado de México, Ciudad de México, Guanajuato y Aguascalientes. Mexicali, Querétaro y Chihuahua, las zonas metropolitanas con mejor infraestructura del país, pero Aguascalientes figura como una ciudad altamente competitiva.
El Indicador de Infraestructura tiene como objetivo medir la capacidad que tienen las 60 Zonas Metropolitanas y ciudades con más de 100 mil habitantes utilizada en la muestra de este estudio, de proveer la infraestructura física y los servicios conexos que se requieren, para impulsar el bienestar de la población y fomentar la competitividad de sus empresas al permitirles reducir sus costos, facilitando que utilicen sus ventajas comparativas en sus procesos productivos.
En una escala de 0 a 100 puntos, donde 0 es la puntuación mínima y 100 la más alta, en el Indicador de Infraestructura de Aregional las 60 ciudades y zonas metropolitanas (ZM) evaluadas tienen una calificación promedio de 62.5 puntos.
De acuerdo a los resultados del Indicador, 43 de las 60 ciudades y ZM tienen calificaciones aprobatorias, pero sólo 18 cuentan con una alta capacidad de proveer una infraestructura de clase mundial, lo suficientemente competitiva para impulsar el desarrollo de las personas y de las actividades productivas. Entre estas ciudades y ZM más competitivas en materia de infraestructura destacan Mexicali, Querétaro, Chihuahua, Veracruz, Aguascalientes, Ciudad Juárez, entre otras.
Los resultados de la estimación del Indicador Compuesto de Capacidad de Inversión (ICI), para las 32 entidades federativas con datos del ejercicio fiscal 2016, muestran que el Estado de México, la Ciudad de México y Guanajuato, son las entidades que reportaron mayores esfuerzos en inversión física con recursos propios, en comparación con el resto de las entidades federativas.
Aguascalientes es una zona urbana competitiva, si se toma en cuenta que la competitividad se define por la productividad con la que un país utiliza sus recursos humanos, económicos y naturales. Para comprender la competitividad, el punto de partida son las fuentes subyacentes de prosperidad que posee un país. El nivel de vida de un país se determina por la productividad de su economía, que se mide por el valor de los bienes y servicios producidos por unidad de sus recursos humanos, económicos y naturales.
La productividad depende tanto del valor de los productos y servicios de un país (medido por los precios que se pagan por ellos en los mercados libres) como por la eficiencia con la que pueden producirse. La productividad también depende de la capacidad de una economía para movilizar sus recursos humanos disponibles.