ARQUITECTURA HEBREA EN TIEMPOS DE JESÚS


¿Alguna vez te has preguntado cómo eran las casas en Jerusalén en tiempo de Jesús? Los estudios arqueológicos actuales y las nuevas herramientas digitales permiten una aproximación más exacta a cómo eran realmente las casas de la época.


Las casas modestas eran de caña o ladrillos de adobe, amasados con los pies y cocidos al sol. Los muros se revestían con cal. Job al referirse a esta clase de moradas dice: "casas de arcilla" (Job. 4:9).



Generalmente las casas no tenían otro piso que el de la tierra misma que se emparejaba y aplanaba, hasta quedar maciza. Algunas veces se hace una mixtura de cal con lodo y dejándolo algún tiempo para que se seque y endurezca, algunas veces se ha encontrado pisos de piedra resquebrajada unida con cal.


Las casas sencillas presentaban el aspecto de una gran caja cuadrada compuesta únicamente de una planta baja dividida en dos, a veces por una diferencia de nivel: la parte más alta servía como comedor y dormitorio; la parte más baja como establo. Cuando los animales estaban en el campo, la parte inferior se usaba como taller.


Estaban cubiertas por un techo hecho de vigas entrecruzadas con ramajes, y todo ello recubierto de barro apisonado, pasándose luego sobre ella un rodillo de piedra, el cual permanece sobre el techo para usarlo varias veces apisonando el techo.


Estando los techos de la casa en gran parte hechos de tierra y arcilla, es posible que creciera hierba encima de las casas, como lo indican las referencias bíblicas "serán como la hierba de los tejados, que se seca antes que crezca" (Sal. 129:6; véase también 2 Reyes 19:26; Isa. 37:27).


En la vivienda no había chimenea. En una cavidad situada en el centro de la habitación se colocaban brasas o bien se utilizaba el brasero.



Las casas tienen pocas ventanas, las cuales se abren hacia la calle, y éstas son bastante altas. Por regla general las ventanas tienen barrotes de madera que sirven de protección contra los ladrones, y la parte baja de la ventana tiene una especie de "biombo enrejado".


Tanto las puertas como las ventanas ordinariamente eran construidas de madera de sicómoro. Sólo por lujo de los ricos y como ornamento eran construidas de cedro. Las puertas se montaban sobre bisagras y "Se revolvían sobre sus quicios". Las puertas quedaban firmes al cerrarse, y esto se lograba con el uso de barrotes de madera.


Las casas de los más ricos eran de piedra y argamasa. Las habitaciones se distribuían alrededor de un patio central.


El patio es una parte importante de la casa. Uno puede estar en el patio y al mismo tiempo en la casa.


Frecuentemente se plantan árboles, arbustos o flores.

 

A veces disponían de un piso, la “habitación alta”. El cuarto superior o cámara es realmente una parte muy indispensable en las casas, y en la Biblia con mucha frecuencia se hace referencia a él.

 

Esas casas poseían cisternas y baños. Las cisternas se cavaban en los patios para recoger el agua de lluvia. También calefacción central, con un sistema de cañerías de agua o aire calientes procedentes de un fogón. En época de Jesús hubo gran influencia de la arquitectura romana, sobre todo entre las clases pudientes.


La puerta o Zaguán quedaba localizado a la mitad del frente de la casa. Esta entrada estaba arreglada de tal manera que nadie podía ver hacia adentro desde la calle. A veces se construía una pared frente a la puerta, lo que llenaba el propósito.


Los zaguanes casi siempre tenían pequeñas puertecitas como entrepaños entre ellas. La puertecita se usa en ocasiones ordinarias, y el portón o zaguán se abre sólo en ocasiones extraordinarias.

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