China ya está trabajando en una nueva autopista para conectar a las ciudades de Hangzhou y Ningbo. Su peculiaridad recae no sólo en los seis carriles que tendrá de ancho, sino en que será capaz de recargar por inducción a los vehículos eléctricos que circulen a través de ella. Toda la energía provendrá de paneles solares.
Su avanzada infraestructura permitirá que los vehículos se recarguen automáticamente y sin necesidad de detenerse para pagar el peaje, esto gracias a la instalación de un chip. Además, da cara a un futuro lleno de vehículos autónomos, la superautopista tendrá bien marcados los carriles y las señales de tránsito se optimizarán para el uso de esta tecnología.
La carretera estará lista en 2022 y tendrá una longitud de 161 kilómetros, parecida a la dista. El objetivo de China es descongestionar el tráfico de otra carretera que sigue una ruta similar.
Con la construcción de esta superautopista también se busca potenciar la venta de vehículos eléctricos. Hay que recordar que China es uno de los países con la peor calidad del aire, pero también tiene el mercado más grande de vehículos eléctricos. De enero a septiembre del año pasado se vendieron 227,000 unidades de este tipo, muy por encima del segundo mercado mundial de coches eléctricos, Estados Unidos y sus 61,000 autos.
Para China, el camino por recorrer aún es grande. Si bien ya gozan del mayor número de unidades eléctricas vendidas, la penetración de mercado de este tipo de vehículos es de apenas 1.3%.