- Incluí distintos tonos de blanco para lograr un efecto de volumen entre el pisos, las paredes y los muebles.
- Sumá textiles de diferentes texturas: hacerlo para "recortar" en alfombras, almohadones, mantas y pantallas de lámparas.
- Apostá al plateado y dorado como aliados: dosificados en lámparas de pie, floreros y patas de algún mueble.
- Jugá con luces y sombras en el ambiente: incorporá nichos o estantes sobre alguna pared para que el espacio tenga cadencias u objetos que generen volumen sobre un muro.
- Para cortar la monotonía del blanco optá por maderas en tonos claros y medios: así vas a lograr un espacio armónico sin contrastes de impacto.
- Tené en cuenta que el blanco es un color que requiere un mayor mantenimiento que otros; por eso, los textiles y materiales que elijas debe ser de fácil limpieza y mantenimiento.
Fuente: http://www.espacioliving.com