- Su proceso constructivo es único
Cabaña Naomin es un proyecto seleccionado como finalista en World Architecture Festival 2019 que se celebrará en diciembre de este año en Ámsterdam.
Los guías del proyecto son Varum Thautam, arquitecto indú y Amel Kadic en el tema de los acabados, él originario de Bosnia.
El enfoque de diseño es una culminación de las lecciones aprendidas a través de años de observación de hormigas y aves que construyen su hábitat. El método de enseñanza se basa en observaciones cercanas de la didáctica de un constructor de bóvedas de tercera generación a su hijo aprendiz de 14 años en México. El objetivo del proyecto es construir una cabina de costo ultra bajo para Casa Naomin, una modesta escuela de yoga de gestión familiar, ubicada en las profundidades de los bosques de Santa Rosa de Lima, Guanajuato, México.
El diseño consistía en utilizar las curvas naturales del movimiento humano y el uso del espacio. El costo y los materiales se optimizaron para acomodar a 5-6 personas en un área de menos de 30 m2 de área construida. Para reducir los costos, el proyecto se diseñó para ser realizado con mano de obra participante sin experiencia en un taller; la mayoría de la cabina se construiría en una semana. Los clientes debían hospedar a un grupo de participantes, proporcionarles comida y hospitalidad durante la semana del taller. La experiencia del arquitecto como albañil de barro y entrenador se puso a prueba para guiar a los "participantes" inexpertos a construir una forma compleja.
El proyecto se dividió así en tres fases. El pre-taller, donde se encuentran los cimientos y paredes de ladrillo construidos por el cliente. Los materiales se obtuvieron localmente para el taller y se hizo publicidad para encontrar a los 18 participantes que pagarían alrededor de 360 USD cada uno. La segunda etapa es el "taller de construcción de barro" intensivo de una semana. El reto era construir unos 50m2 de bóveda compleja en 6 días. Los clientes entonces, post taller, debían completarse la estructura según el tiempo, el gusto y los medios permitidos, aunque actualmente está incompleta, la cabina se alquiló por primera vez en febrero de 2018.
El costo y el tiempo de construcción pueden reducirse drásticamente cuando hay un número mínimo de ensamblajes en el edificio. Un solo techo abovedado sobre un espacio reduce un edificio a un solo sistema o método de construcción. Ya sea un pájaro, un oso o una hormiga, toda la estructura es el resultado de una acción única, repetitiva e intuitiva. Cuando las complicaciones en la construcción se reducen a una tarea, la curva de aprendizaje para construir una estructura es más corta. Esto le permite al participante aficionado enfocarse, conectarse con uno mismo y alcanzar rápidamente los aspectos intuitivos de una técnica.
Los ladrillos artesanales hechos a mano vienen con una ligera variación en grosor y tamaño debido a su contracción desigual y al nivel de cocción en el horno. Esto afecta en gran medida el método de construcción. Inicialmente se prestó atención a la selección del ladrillo correcto, entendiendo su posición y ángulo, observando la postura del cuerpo para ejercer la cantidad exacta de presión necesaria para alinear el ladrillo en el lugar que le corresponde. Con el tiempo, la atención requerida se reduce y la mente entra en un ritmo meditativo. En este estado, el cuerpo no se cansa, incluso para una persona que no está acostumbrada al arduo trabajo de construir. Un método personal evoluciona rápidamente en cada individuo. Aquí es donde el aficionado gana rápidamente ventaja sobre un profesional experimentado, hay poca necesidad de exigir rigor, disciplina o incluso habilidad adquirida.
Con la práctica de un par de días, todos comienzan a trabajar en coordinación sin ningún esfuerzo. Se hablan pequeñas palabras, la próxima necesidad de un compañero de equipo se entiende con poca comunicación. En el típico equipo de tres, el primero suministra el ladrillo derecho y observa la curva desde la distancia. El segundo aplica la cantidad correcta de mortero en los lados derechos mientras observa la colocación lateral del bloque de ladrillos. El tercero coloca el ladrillo en su lugar con la presión correcta observando y perfeccionando la colocación con la ayuda de los otros dos. Los tres miembros deben estar conectados profundamente con la curva de cada ladrillo. Trabajar en equipo se convierte en una delicia.
La forma en que se construye el formulario también debe permitir un número máximo de personas que trabajan al mismo tiempo. El diseño de los cursos es tal que existe una combinación de cursos horizontales y verticales para trabajar 6 equipos de 3 a la vez. Es una condición necesaria para que una curva comience por encima de la otra, de esta manera todo el grupo encuentra un ritmo común.
Esta costura de cursos es un gran método estructural. Las fuerzas de las tres curvas trabajan juntas, lo que aumenta la estabilidad de la estructura. Esta estabilidad permite un margen mayor de error humano. Esta asignación agrega un carácter distinto a la estructura, preservando la memoria de la actividad del edificio. Cada curso de ladrillo es único y distinto, pero colectivamente le da a la estructura su forma. El arquitecto-formador supervisa y organiza continuamente la precisión, dentro de los límites de seguridad permitidos.
Cada participante aprende cuatro lecciones principales en el curso del taller:
- Diseñar y no es una solución creativa de un proceso racional, es algo que compromete la intuición humana.
- La construcción no debe limitarnos con la necesidad de dinero, experiencia, disponibilidad de herramientas, habilidades, entrenamiento, sino más bien un acto que compromete la intuición humana con lo que esté disponible.
- La construcción de la comunidad no es un compromiso mutuo de nuestras diferencias racionales, sino más bien un producto de nuestras intuiciones colectivas.
- Tenemos mucho que aprender de las sociedades tradicionales, todo se hace a un ritmo decente, hecho para durar, todo se hace con cuidado, respeto y amor. En cada acción, hay un proceso
