CONTRA LA ARQUITECTURA CONVENCIONAL

Toyo Ito no puede hacer más que arquitectura moderna; él lo admite. Pero ve una correspondencia entre la fluidez de sus diseños con la del barroco, escuela artística a la que está consagrada el museo que creó recientemente en Puebla.

“He visitado varias veces la Catedral barroca de Puebla. Es, desde luego, muy diferente de mis trabajos”, dice el Premio Pritzker 2013 en una charla con el Diario. Sin embargo, “en mi arquitectura el espacio siempre es fluido” y “la arquitectura barroca es diferente de la renacentista, que tiene un orden muy estricto; el barroco es un poco cambiante y con espacios más fluidos”.

Su participación en el VIII Congreso Internacional de Arquitectura y Diseño de la Universidad Marista, el jueves y viernes pasados, significó el primer viaje a Mérida de Ito, quien ha estado unas 15 veces en nuestro país: en Ciudad de México, Guadalajara y Puebla.

En esa última ciudad, su proyecto del Museo Internacional del Barroco vio la luz en la administración gubernamental de Rafael Moreno Valle, cuya fortaleza para concretar la propuesta es elogiada por el profesional japonés. “En Japón antes había gobernadores fuertes, pero ahora hay muchos oficiales que controlan todo, sólo preguntan: ¿Es seguro? ¿No hay riesgos? Es muy difícil hacer buena arquitectura”, afirma.
 
 “El concepto de funcionalidad ha cambiado mucho”, añade. “En el siglo XX dividíamos los espacios según su función; por ejemplo, en la casa había una habitación, un comedor, una sala; pero la actividad de la gente no está tan dividida, yo a veces como mientras veo la televisión y estoy acostado”.

“Yo no sigo ese concepto. Las casas japonesas y las mexicanas antiguas no están divididas según su función, la gente se mueve (dentro de ellas): cuando hay calor se va al norte de la casa y cuando hay frío cambia de lugar. Ahora vivo en un departamento y mi perro siempre está cambiando de espacio, duerme en el pasillo de entrada cuando hace calor… Me gusta ese tipo de espacios muy ambiguos”.

“Mucha de la arquitectura, en especial la pública, aún conjuga la funcionalidad del siglo XX. Para mí es demasiado convencional, trabajo para cambiarla”.
 
Ito confiesa que el Pritzker no ha transformado gran cosa su vida. “Mis proyectos no han aumentado, mi campo de diseño no ha crecido; el único cambio ha sido que se han incrementado las conferencias”, señala sonriendo.

No puede decir mucho del nuevo proyecto en el que trabaja para México, pero sí que estaría en la metrópoli y “es muy emocionante; va bien, pero toma tiempo”. “Espero tener la oportunidad de visitar más México”.

Fuente: http://yucatan.com.mx
  

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