El Tiempo se está agotando.

Por: Ing. Óscar A. Coello

Constantemente hemos escuchado hablar del cambio climático, pero difícilmente nos damos cuenta de su impacto, pero hace unos días, estaba caminando con mis hijos por las calles de la ciudad y nos percatamos de pájaros tirados en el piso, por lo que supusimos que fueron víctimas de la ola de calor de los últimos meses y sobre todo de los últimos días, donde los primeros afectados son ellos, y al escuchar diversos noticieros, desgraciadamente ya ha habido decesos de personas por estos mismos efectos en diversas partes de nuestro país.

Entonces sí sabemos que el cambio climático es uno de los mayores desafíos que enfrenta la humanidad en nuestra actualidad, y que los efectos del calentamiento global son cada día más evidentes, ¿porque no reaccionamos?, ya que ante nuestros ojos somos testigos de eventos climáticos extremos, como huracanes fuera de categorías que hasta ahora conocemos, incendios forestales inmensos y que nos son muy difíciles decontrolar, perdida de energía eléctrica en gran parte de nuestras ciudades, inundaciones en lugares que ni lluvia había, y en otras partes tenemos cortes o escasez del del vital líquido.

Como Ingeniero, solo me queda recordar que la ciencia es clara y el consenso es abrumador: debemos reducir drásticamente nuestras emisiones de gases de efecto invernadero para evitar consecuencias catastróficas, pero al ver a través de los ojos de mis hijos, veo realmente, que el tiempo se está agotando.

Llega a ser una utopía, el pensar que podemos lograr la meta de un mundo con emisiones netas de carbono igual a cero, pero este pensamiento se ha convertido en un imperativo urgente, porque debemos de entender que el alcanzar esta meta requiere un esfuerzo conjunto sin precedentes, donde se requiere la colaboración de todos los sectores de la sociedad, desde los gobiernos y las empresas hasta las comunidades y los ciudadanos individuales, para crear una revolución en cuanto nuestra forma de generar y consumir energía, transformar sectores como el transporte y la agricultura, y adoptar tecnologías innovadoras que nos permitan estar a la vanguardia de esta lucha, desarrollando soluciones que pueden cambiar el curso de nuestro futuro, tareas que van desde la creación de fuentes de energía renovable más eficientes hasta la implementación de sistemas de construcción sostenible y el desarrollo de tecnologías avanzadas de captura de carbono, para lograr la transición hacia un mundo neto cero.

¿Pero cómo podemos explorar el futuro de la infraestructura y así transmitírselo a las generaciones para guiarlos hacia un mundo sostenible?

Seis preguntas sobre el futuro de la infraestructura

  1. ¿De dónde obtendremos nuestra energía?

Es una realidad, que a medida que avanza la tecnología, se requiere cada vez más energía, por lo que debemos superar grandes desafíos para que nuestra infraestructura energética sea sostenible en el futuro, pero nos hemos puesto a penar en ¿Cómo descarbonizamos la calefacción en nuestros hogares sin aumentar los costos y la pobreza energética? ¿Cómo reducimos el carbono en la energía utilizada en la industria pesada sin hacer que la manufactura sea no competitiva?

¿Y cómo convencemos a todos de que tienen la responsabilidad de considerar su propia huella de carbono?

Descarbonizar la energía es un desafío, y sobre todo en nuestro país, pero si echamos un vistazo a lo que se está haciendo en el mundo, el sector energético ha reducido sus emisiones de carbono a medida que pasamos del carbón a la energía eólica y otras renovables. La venta de vehículos nuevos de gasolina y diésel será prohibida para 2035 en México, y la adopción de vehículos eléctricos aumenta año tras año y gran parte de nuestra red ferroviaria va en aumento con diversos proyectos, aunque nos falta que estas también sean electrificadas.

2.     ¿Cómo convivimos con las inundaciones?

Aunque suene extraño, debemos de ser cada día más resilientes, y es por eso que tenemos que tener la capacidad de adaptarnos, más en un país como México que tiene una vasta red de ríos, lagos y una extensa costa con hermosas playas. Ciudades donde la lluvia cae, el agua fluye sobre y a través de nuestra tierra, y el mar cambia constantemente nuestra línea costera.

Pero su impacto puede ser devastador: pérdida de vidas y daños a la propiedad; interrupción de infraestructuras y servicios esenciales; y daños al medio ambiente. Estos riesgos están creciendo a medida que el cambio climático provoca un aumento en los niveles del mar y tormentas más extremas, ejemplo, el huracán Otis enAcapulco.

Como ingenieros tenemos un gran reto; el trabajar de muchas maneras para gestionar el agua desde su origen hasta su reúso, para reducir los riesgos y los impactos de las inundaciones y ayudar a las comunidades a adaptarse a nuestro clima cambiante, siendo pioneros en combinaciones innovadoras, usando barreras naturales, como pastos marinos o juncos, en combinación con enfoques más convencionales, como defensas contra inundaciones. En el proceso, también están ayudando a revertir la pérdida de biodiversidad.

Es claro que no podemos detener la lluvia, cuando esta ocurre, pero debemos ayudar a disminuir el impacto de las inundaciones y permitir que nuestras comunidades sean más resilientes en el futuro.

3.     ¿Qué podemos hacer para acabar con el desperdicio?

Históricamente, nuestra economía ha dependido de un sistema lineal donde los recursos naturales se extraen y se procesan para ser materias primas; posteriormente, las materias primas se manufacturan en productos de consumo; y los consumidores las desechan después de su uso.

Sin embargo, los recursos naturales son limitados y necesitamos usarlos de manera más eficiente, es por eso,que, para abordar este desafío, necesitamos una economía circular que maximice los recursos y elimine el desperdicio del sistema. Pasar de una economía lineal a una circular significa que la prioridad principal debe serprevenir el desperdicio desde el principio, seguida de cerca por la reutilización y el reciclaje de materiales siempre que sea posible.

El enviar residuos a vertederos debe ser el último recurso para todos nosotros, y necesitamos diseñar y construir instalaciones de reciclaje modernas que permitan que los materiales que consumimos se reutilicen en un ciclo continuo.

4.     ¿Necesitamos ciudades más inteligentes?

Hay muchos enfoques en como una ciudad puede ser ‘inteligente’, pero lo que tienen en común es el uso de tecnologías inteligentes y datos como medios para resolver desafíos de sostenibilidad como lo son problemas económicos, sociales y ambientales.

Las tecnologías inteligentes abarcan desde la propia infraestructura de las ciudades, como la inteligencia artificial (IA), el Internet de las Cosas (IoT), el análisis de grandes volúmenes de datos (Big Data), Sensores de Monitorización Estructural, sistemas de Gestión de Tráfico Inteligente, redes eléctricas Inteligentes (Smart Grids), edificios Inteligentes que utilizan sistemas automatizados para controlar y gestionar la iluminación, la climatización, la seguridad y otros servicios, así como la gestión de Residuos y Plataformas de Datos Urbanos que integran datos de múltiples fuentes, como sensores, sistemas de información geográfica (GIS) y redes sociales, para proporcionar información en tiempo real sobre diversos aspectos de la ciudad, como el transporte, el medio ambiente y la calidad de vida.

¿Cuáles son los beneficios de que nuestras ciudades se vuelvan más inteligentes? Lo digital significa mejorar la eficiencia: hacer las cosas más rápido o por menos costo. Lo digital también permite hacer las cosas de manera diferente. Pero para que las ciudades inteligentes tengan éxito, todos los interesados en el entorno urbano -desde las comunidades hasta las empresas y los responsables de la toma de decisiones- deben trabajar juntos.

5.     ¿Por qué no valoramos el agua?

Aunque la Tierra es el Planeta Azul, solo el 3% del agua de la Tierra es agua dulce, y menos del 1% es utilizable por humanos y otras formas de vida. Tratar el agua, extraerla de ríos, embalses o debajo del suelo, y luego entregarla a nuestros hogares, requiere una enorme infraestructura y energía. Esto hace que el proceso sea intensivo en carbono.

Adicionalmente, si incluimos las emisiones de calentar agua para nuestros hogares, oficinas y fábricas, nuestro uso del agua representa el 6% de todas las emisiones de dióxido de carbono (CO2).

Definitivamente es hora de que dejemos de dar por sentado que el agua es infinita. Aunado a la pregunta anterior, se han desarrollado nuevas estrategias para abordar las fugas de tuberías subterráneas envejecidas, y nuevos procesos innovadores de tratamiento de agua para hacer así que la infraestructura del agua sea más inteligente y eficiente.

Descarbonizar la electricidad hará que la energía utilizada para estos procesos de agua sea más sostenible, incluso, ayudando a devolver energía a la red capturando biometano del tratamiento de aguas residuales y usándolo para alimentar nuestros hogares.

6.     ¿Podemos seguir viajando?

La aviación es responsable de alrededor del 2% de las emisiones globales de CO2 relacionadas con la actividad humana. Sin embargo, algunas investigaciones afirman que esta industria contribuye hasta con el 3.5% de las emisiones globales.

Y algo que hay que resaltar, es que increíblemente México es el segundo país del mundo con más jets privados, solo después de Estados Unidos. En septiembre de 2023, México tenía 950 jets privados, mientras que Estados Unidos tiene 12.700, un gran dato para nuestro país, ya que de acuerdo con estimaciones de la organización Transport & Environment, los jets privados causan entre cinco y 14 veces más emisiones de CO2por pasajero que un avión comercial medio y 50 veces más que los trenes.

Entonces, ¿qué podemos hacer para reducir la huella de carbono de viajar? Podríamos usar nuestros propios músculos para movernos caminando o pedaleando, pero este viaje activo requiere redes seguras para que sea una alternativa fácil y agradable al uso del automóvil. Este viaje impulsado por las personas también necesita estar mejor conectado con el transporte público, para que sea sencillo moverse de un modo a otro.

Y a medida que nuestro clima cambia, es importante mantener y mejorar nuestras carreteras y redes de viaje para que sean más resilientes a las condiciones climáticas extremas que se prevé experimentaremos en el futuro.

Debemos de apostar por el desarrollo de infraestructura más ecológicas, construyendo red de puntos de carga necesarios para permitirnos pasar de los autos de gasolina y diésel a los vehículos eléctricos, creando nuevos carriles y senderos para bicicletas, planificando más rutas de autobús y trenes urbanos, mejorando estaciones de ferrocarriles para acomodar trenes eléctricos modernos que transporten más pasajeros, y colaborando en nuevas tecnologías para descarbonizar el transporte aéreo y los aeropuertos.

No solo las personas se mueven, sino también las cosas, donde es crucial la ingeniería para limpiar el sector de carga, desde el aumento de la capacidad ferroviaria para sacar camiones de las carreteras, hasta mejorar puertos para que más mercancías lleguen por mar.

En conclusión, el llamado a la acción es claro urgente: el tiempo corre y cada momento cuenta. Necesitamos la colaboración y el ingenio de todos para diseñar e implementar las soluciones que nos llevarán a un futuro más limpio y seguro. Si, efectivamente es un desafío monumental, pero con determinación y esfuerzo colectivo, podemos lograrlo, no hay vuelta atrás, diseñemos un mundo neto cero y a aseguremos un planeta habitable para las generaciones futuras.

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