También consideran que el greenery es trans-seasonal, un tono de transición entre una temporada y la otra: tiene la versatilidad para ser combinado casi sin restricciones. Con colores elegidos en años anteriores, el instituto armó 10 paletas que muestran cómo convive este verde con tonos neutros, brillantes, oscuros, pasteles y metálicos. “Estas paletas pueden aplicarse fácilmente a moda, belleza, producto y diseño gráfico”, sostienen.
 

Para distintas versiones del greenery, en Salazar Casa ofrecen una familia completa de productos: piezas decorativas esmaltadas, vajilla antigua, copas de vidrio, hieleras, cuadros, sillas y veladores. Para la mesa de todos los días, los individuales de papel de Tónica vienen en block de 30 hojas de 41 cm x 29 cm y están hechos a partir de acuarelas hechas a mano. En WHI se pueden encontrar piezas de porcelana esmaltada, como la jarra Provenza y el portavelas en forma de nenúfar. En Brocatienen una silla de inspiración nórdica fabricada en madera maciza laqueada, con asiento tejido. Para salir de compras, entre los changuitos de Violraviol hay uno con el tono del año combinado con celeste y blanco: es plegable, tiene estructura de caño pintado y tela vinílica antigua. Para una mesa arrime en el living o una baja en el dormitorio, la lámpara Habana de Duveen hace del grennery un motivo tropical.
 

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• Verde con verdes: el greenery tiene lo mejor de los dos mundos, entre el amarillo limón y el verde seco. Combinando otros tonos del mismo color se puede generar profundidad y contraste.
• Verde con rosas, rojos y morados: conviven en la naturaleza y se complementan con sensibilidad. Pueden generar un escenario al mejor estilo Wes Anderson.
• Verde con azules, celestes y turquesas: como una sucesión en degradé, continúan la intención del verde con la misma intensidad.
• Verde con negro y dorado: para una estética exigente, de espejos biselados y tapizados de pana. Apagan su protagonismo para potenciar la composición.

Por Romina Metti 
Fuente:http://www.espacioliving.com