La ciudad de Dubái, capital del emirato árabe del mismo nombre, ha experimentado un gran desarrollo urbanístico con enormes rascacielos y ambiciosos proyectos de islas artificiales. Antes un puerto pesquero, Dubái se ha convertido en una de las zonas con más alta renta per cápita del mundo gracias al boom petrolífero.

En esta moderna ciudad se encuentra el edificio más alto del mundo, la Torre Califa o Burj Khalifa, con una altura de 828 metros y 163 pisos.  Símbolo del lujoso estatus de la urbe y visible desde 95 kilómetros de distancia.

La construcción, anteriormente llamada Torre Dubái, fue concebida como la pieza central de un desarrollo inmobiliario de gran escala que incluye 30,000 casas, nueve hoteles, tres hectáreas de jardines, al menos 19 torres residenciales, el Centro Comercial Dubái y un lago de doce hectáreas creado por el hombre.

Los pisos habitables son 160, de los cuales 49 están destinados a oficinas y 61 a apartamentos. El edificio cuenta con 57 ascensores que viajan a una velocidad de 10 m/s. En el piso 124, a 442 metros de altura, se encuentra un mirador abierto al público llamado “At The Top” (“En la Cima”), que ofrece una visión de 360 grados de la ciudad.

La decisión del gobierno dubaiti de construir la Torre Califa se debió a la intención de diversificar su economía basada en el petróleo y alentar actividades como el turismo y los servicios. Para las autoridades del emirato era necesario crear proyectos como éste para ganar mayor reconocimiento internacional y por tanto fomentar las inversiones.

Para su diseño se convocó a prestigiosos arquitectos, siendo el ganador  Adrian Smith de la firma estadounidense Skidmore, Owings and Merrill, que entre otros proyectos se ha encargado del diseño de la Torre Willis, antes Torre Sears de Chicago y del One World Trade Center en Nueva York.

El diseño de Adrian Smith se inspiró en el inconcluso Rascacielos de Una Milla de Frank Lloyd Wright. La forma de la base consiste en una Y inspirada en la forma geométrica de la flor Hymenocallis blanca de seis pétalos, cultivada en el mismo emirato.

El diseño de la torre se deriva también de los sistemas de patrones de la arquitectura islámica. De acuerdo con el ingeniero en jefe Bill Baker, el diseño incorpora elementos culturales e históricos particulares de la región como los alminares en forma de espiral, que se hace espiral y crece más delgado conforme se eleva.

El diseño de sus interiores estuvo a cargo de la famosa diseñadora Nada Andric, quien combinó piedras pulidas, vidrios, paredes de stucco, acero inoxidable, pisos de roca y texturas artesanales, básicamente inspirados en la cultura árabe local.

La construcción comenzó el 21 de septiembre de 2004, con la parte exterior de la estructura completa el 1 de octubre de 2009. El edificio se inauguró oficialmente el 4 de enero de de 2010 y en el proceso de edificación participaron más 12,000 personas de 30 países.

La torre fue construida por Samsung Engineering & Construction de Corea del Sur, quien también fue la encargada de edificar las Torres Petronas y el Taipei 101, dos de los rascacielos más altos del mundo. Junto a la constructora surcoreana participaron también la empresa belga Besix y Arabtec, de los Emiratos Árabes Unidos. 

La cimentación de este edificio es la más grande jamás construida. Se compone por un innovador concepto basado en estudios geotécnicos y sísmicos: el edificio es soportado en primera instancia por una placa inmensa de hormigón armado de casi 4 m de grosor, sumando 12.500 m³. Esta placa a su vez es soportada por un sistema compuesto por 192 pilotes de 1,5 m de diámetro en su base por 43 m de profundidad.

Algunos datos interesantes sobre su construcción es que está formada por 28,601 paneles de cristal,  con lo que se podrían tapizar 17 estadios de fútbol. En un principio la velocidad de colocación de los paneles era de 20 a 30 por día,  cifra que ascendió después a 175.

En total, tiene 330,000 metros cúbicos de hormigón y 39,000 toneladas de barras de acero, que colocadas una tras otra podrían darle un cuarto de vuela a la Tierra. Además, la cantidad de aluminio usada es similar a lo que se emplea en 5 aviones A380. El peso total de la Torre Califa es de 500 mil toneladas.

El reinado de la Torre Califa como el edificio más alto del mundo está en riesgo, pues para los próximos años se espera la construcción de rascacielos todavía más grandes, por ejemplo, la Sky City One o J220, proyecto chino que pretende superar Al Burj Khalifa por 10 metros. 

Mientras tanto, la Torre Califa se puede seguir preciando de ser la estructura más alta del mundo hecha por el hombre, todo un éxito de la ingeniería actual y como un símbolo del poderío económico de los Emiratos Árabes Unidos.