Una visión experta sobre cómo el diseño y la ubicación de la vivienda influyen en la calidad de vida.

La vivienda es un componente esencial en la vida de las personas, y su diseño y ubicación impactan profundamente la salud mental y física de sus habitantes. En la edición de septiembre de Construye, exploramos esta temática con la Maestra Gabriela Quiroga García, presidenta del Colegio de Urbanistas de México y experta en gestión pública, quien ofrece una perspectiva informada sobre cómo una vivienda adecuada y su entorno influyen en la calidad de vida.

Quiroga García subraya la estrecha relación entre la vivienda y la salud. El acceso a una vivienda adecuada, tanto en tenencia como en calidad, es fundamental para el bienestar. “En México, aproximadamente el 60% de las viviendas son de autoconstrucción, lo que implica desafíos significativos en seguridad, estabilidad y calidad de vida”. Además, la falta de un documento de propiedad puede generar ansiedad y estrés, especialmente entre las mujeres jefas de familia, un grupo demográfico relevante, principalmente en el sur del país.

La pandemia de COVID-19 evidenció la importancia de la ubicación de la vivienda en relación con los centros de trabajo. La lejanía puede llevar a falta de sueño, mala alimentación y un estado de ánimo negativo, afectando la calidad de vida. “Esto se agrava en las grandes ciudades mexicanas, que se están convirtiendo en metrópolis con fenómenos de conurbación interestatal, como en el caso del sur de Tamaulipas y el norte de Veracruz”.

En términos de políticas públicas, Quiroga destaca la verticalidad de la vivienda como respuesta al crecimiento urbano, especialmente en el contexto del Nearshoring, donde la economía impulsa el desarrollo en varias entidades. Sin embargo, es crucial que estas viviendas verticales cuenten con espacios verdes y públicos adecuados para garantizar la salud mental y física de los habitantes.

Desde la actualización de la Ley General de Asentamientos Humanos en 2016, se ha enfatizado la necesidad de generar espacios públicos en las zonas urbanas. “La Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU) ha trabajado desde 2018 en la creación de normas que obligan a los municipios a incluir espacios públicos en sus planes de desarrollo. Este enfoque busca garantizar que los residentes tengan acceso a áreas donde puedan relajarse, interactuar y mantenerse activos, aspectos esenciales para combatir problemas como la obesidad infantil y adulta, prevalentes en México”.

Quiroga también menciona ejemplos internacionales de éxito, como Barcelona, Bilbao y Madrid, donde se ha logrado una reconversión urbana exitosa. En Bilbao, una ciudad industrial en los años ochenta, “se llevó a cabo un proceso de consulta comunitaria que permitió crear viviendas sociales junto a viviendas de mayor nivel, integradas con amplios espacios públicos”. Este modelo ha demostrado ser efectivo para mejorar la calidad de vida al combinar vivienda y servicios en zonas bien conectadas.

En América Latina, ciudades como Medellín y Cartagena en Colombia han transformado zonas inseguras en espacios de convivencia mediante la construcción de viviendas sociales y espacios públicos. En Curitiba, Brasil, se ha implementado un modelo urbano donde se priorizan los espacios verdes por habitante, mejorando significativamente la calidad de vida en la ciudad.

Finalmente, Gabriela Quiroga subraya la importancia de adaptar los modelos extranjeros a las realidades locales. “Cada ciudad tiene sus propios desafíos y oportunidades, por lo que es fundamental desarrollar estrategias de urbanismo que se alineen con las necesidades y contextos específicos de México”.

Asimismo, destaca la necesidad de invertir en la infraestructura de las ciudades mexicanas, como el suministro de agua, drenaje y electricidad. Sin estos servicios básicos, la calidad de la vivienda, por muy buena que sea, se ve seriamente comprometida. También menciona la importancia de la movilidad urbana y la necesidad de acercar las viviendas a los centros de las ciudades para evitar el estrés y desgaste que generan los largos desplazamientos.Según Quiroga, el urbanismo debe centrarse en la población y sus necesidades, asegurando que las decisiones de planificación urbana se tomen con una comprensión clara de lo que realmente necesitan los ciudadanos. Para ello, los colegios de profesionistas están preparados para apoyar a los gobiernos en la administración y desarrollo de las ciudades, con el objetivo de crear entornos urbanos que mejoren la calidad de vida de todos sus habitantes.