El ebanista al que le encargaron el proyecto tomó como referencia un boceto que le había pintado el francés y días más tarde entregó un mueble estrafalario. Tenía sólo tres patas y era amorfo. Al ver el producto final, André Breton quedó anonadado por primera vez en su vida pudo contemplar el surrealismo materializado frente a él. Con mucha intriga, le preguntó al carpintero cómo había hecho el mueble: ”Lo hice igualito al dibujo que usted me entregó”, respondió el hombre.
Breton sonrió y más tarde con sus conocidos proclamó que en México el surrealismo no era un movimiento artístico, era una manera de vivir. Basados en lo anterior, listamos las casa más surrealistas de México.
La isla flotante del Edén
La historia de este espacio empieza con un inglés que lo dejó todo (incluyendo a su familia) para ser artista. Tras recorrer el mundo en busca de su alma, este individuo de nombre Richard Sowa se encontró a sí mismo en el Caribe mexico, y quizá por eso decidió construir ahí, encima de una laguna, una vivienda flotante hecha de botellas de plástico. El inmueble cuenta con dos pisos y hasta con un curioso jardín interior.
La casa con espacio cuántico
En el corazón de Cancún hay una estrafalaria vivienda que fue diseñada por el espiritista holístico: Mauro Azamar. Su singular diseño integró las ideas filosóficas, científicas y ecológicas de su dueño por lo que en este predio se pueden ver dos esculturas ambiguas, y una misteriosa figura ovalada. Aunque Mauro la conoce como “Casa con Espacial Cuántico” los vecinos del barrio le dicen “La casa del huevo”.
Casa orgánica de Naucalpan
hecha por el connotado arquitecto Javier Senosian. Este predio mezcla en sus interiores y exteriores asombrosos destellos de la naturaleza y la psicología humana. Fue construida en 1989, y en ella hay sobre todo metáforas. Refugios de animales y estructuras que recuerdan a los iglúes.
Mansión Clover Lawn
Casa Malca
Una opulenta misión ubicada en Tulum que fue habitada (y luego abandonada) por uno de los narcotraficantes más importantes de la historia: Pablo Escobar. Tras la súbita muerte del sicario, esta inmensa casa estuvo 10 años sin habitar, hasta que un estadounidense la compró y la convirtió en un lujoso hotel con 43 habitaciones.
Fuente: MxCity