Repensando La Vivienda En México: La Visión Crítica De Félix Sánchez

El Arquitecto Mexicano Aboga Por Ciudades Sostenibles e Integradas

Félix Sánchez, destacado arquitecto mexicano, ofrece una perspectiva profunda y crítica sobre el estado actual de la vivienda en México, especialmente en el ámbito social. Su sólida trayectoria académica y profesional, que incluye formación en la Universidad Nacional Autónoma de México y una maestría en Diseño Urbano de la Universidad de Pennsylvania, le ha permitido especializarse en planificación urbana y diseño arquitectónico. Esta experiencia le brinda una visión amplia y fundamentada de los retos que enfrenta el país en materia de vivienda.

Para el arquitecto Sánchez, la vivienda es el “tabique” de las ciudades. “No se trata solo de construir casas, sino de crear barrios que integren diversos aspectos de la vida cotidiana, como el trabajo, el esparcimiento y la convivencia social”. Según él, la vivienda debe ser accesible, tanto en términos de costo como de ubicación, y formar parte de un entorno que facilite la vida diaria de sus habitantes.

Sin embargo, señala que México ha caminado como “los cangrejos”, de lado y hacia atrás en este ámbito. Menciona que “en la década de los setenta, había una intención seria de resolver el problema de la vivienda, pero con el tiempo, este esfuerzo se transformó en una fábrica de casas enfocada en la rentabilidad más que en la habitabilidad y la creación de comunidades sostenibles”.

Uno de los principales problemas que enfrenta México hoy en día es la falta de reservas urbanas razonables y una política de vivienda adecuada. Las megalópolis y áreas conurbadas han crecido desordenadamente, haciendo que la construcción de viviendas dentro de la ciudad sea extremadamente costosa y, por tanto, inaccesible para gran parte de la población.

Por ello, Sánchez aboga por una política de suelo urbano que permita identificar y aprovechar zonas “blandas” de la ciudad, es decir, áreas obsoletas que pueden ser revitalizadas para crear nuevos barrios. Estos barrios deben ser diseñados con una arquitectura accesible y funcional, que integre espacios públicos, zonas verdes y servicios esenciales, fomentando la socialización y la seguridad.

La relación entre la vivienda y el trabajo es fundamental para Félix Sánchez. “Las viviendas deben estar cerca de los lugares de empleo y de los servicios necesarios para la vida diaria”. Este enfoque no solo mejora la calidad de vida de los habitantes, sino que también contribuye a la sostenibilidad de las ciudades al reducir la necesidad de desplazamientos largos y costosos.

Por otro lado, critica duramente las zonas residenciales exclusivas, que, según él, reflejan un grave problema en el tejido social de la ciudad. La proliferación de desarrollos cerrados y vigilados indica una fragmentación social que va en detrimento de la cohesión urbana. Para Sánchez, la ciudad debe ser una “página abierta”, accesible y de libre tránsito, donde la mezcla social y económica sea la norma y no la excepción.

El ideal de ciudad que propone el arquitecto Sánchez es una donde la densidad poblacional sea media, pero con un perfil alto en términos de calidad de vida y acceso a servicios. La “ciudad de los 15 minutos”, donde todo lo necesario esté a corta distancia, es un modelo que podría aplicarse en México para crear barrios más integrados y sostenibles.

La sostenibilidad es otro pilar de su visión. Sánchez considera esencial desarrollar estrategias que permitan el uso eficiente y responsable del agua, un recurso cada vez más escaso. Propone la creación de modelos y casos de estudio en zonas específicas de la ciudad para implementar nuevas formas de almacenamiento, reciclaje y filtración del agua.

La Ciudad de México, en particular, enfrenta un desafío enorme en este sentido. El arquitecto considera imprescindible proteger y restaurar los bosques de agua, que son cruciales para el suministro hídrico de la ciudad. Además, sugiere que la CDMX debería contar con numerosos parques de tamaño considerable para satisfacer las necesidades de recreación y esparcimiento de sus habitantes.

Sánchez concluye que el futuro de la vivienda en México depende de la capacidad de identificar y revitalizar las áreas blandas de las ciudades. Estas zonas ofrecen oportunidades para crear nuevos barrios que combinen vivienda social y económica con servicios y empleo, evitando la migración de grandes contingentes de personas hacia áreas periféricas sin control ni planificación.

Para los nuevos desarrolladores de vivienda, Sánchez recomienda un sentido de moderación y una mayor conciencia de las necesidades urbanas en el contexto del siglo XXI. La clave está en aprender de los aciertos y errores del pasado y aplicar este conocimiento para construir ciudades más equitativas, sostenibles y habitables.

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