Siguen rechazando el proyecto del Aeropuerto de Santa Lucía

Zumpango, estado de México.- La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) realizó una reunión pública en la que el objetivo fue dar a conocer información sobre el proyecto del Aeropuerto Internacional de Santa Lucía y en la misma estuvo presente el rechazo a la iniciativa del gobierno federal. 

En el municipio de Zumpango, estado de México, las autoridades del Ejército y del Instituto de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) presentaron a lo largo de una hora y media los datos principales del proyecto, muchos de los cuales están incluidos en la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) elaborada por ambas dependencias.

El teniente coronel Luis Enrique Calderón Fernández, del Agrupamiento de Ingenieros de Santa Lucía, expuso que en el aeropuerto mixto civil-militar que se pretende construir habría tres pistas, en las cuales podrían operar aviones de grandes dimensiones, con el objetivo de que, en su fase inicial, la terminal pueda recibir 20 millones de pasajeros al año, para concluir con 80 millones cuando la obra alcance su máxima capacidad.

También se podrá recibir 350 mil toneladas de mercancías en 10 posiciones de contacto, con miras a llegar a 700 mil, y almacenar 25 mil litros de combustible, para llegar a 75 mil litros.

El proyecto permitirá recibir 190 mil vuelos al año al inicio de las actividades de la nueva terminal, con el objetivo de llegar a 750 mil al año, para un total de 80 millones de pasajeros, casi el doble de los 45 millones que hoy recibe el actual Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, para construir este proyecto, haría falta adquirir mil 284 hectáreas para ampliar la terminal de Santa Lucía, en las cuales se ubicaría una zona de amortiguamiento acústico.

Con respecto al tema de la disponibilidad de agua, Jesús Mejía Gómez, del Instituto de Ingeniería de la UNAM, explicó que el nuevo aeropuerto requeriría de 6 mil metros cúbicos de líquido al día, que sería 184 veces menor de lo que hoy significa el consumo público urbano, por lo que no habría peligro de desabasto para la población.

Al dar paso a la sesión de preguntas y respuestas, los asistentes a la reunión informativa lanzaron diversos cuestionamientos y críticas sobre el carácter “incompleto” de la información presentada por las autoridades, y pidieron mayor información sobre la manera en que supuestamente se evitaría el desabasto de agua.

De igual forma, preguntaron cómo se evitaría el daño a la flora y fauna de la región y la forma en que se manejaría el patrimonio arqueológico, e incluso cuestionaron que se se hiciera mención a los daños sicológicos que puedan generar las obras en los habitantes de los municipios afectados.

La reunión estaba programada para terminar a las 19.30 horas, pero al agotarse las intervenciones, y tras no realizarse un segundo receso, culminó a las 16 horas.

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