Su nombre viene de la voz náhuatl “Tecuilan” que significa “lugar de tributos”. Tequila guarda celosamente algunas de sus más antiguas tradiciones, como la típica bendición de las nueve de la noche, cuando el cura del lugar bendice a los habitantes al tocar las campanas en tres ocasiones. El pueblo se detiene en ese momento, los lugareños se ponen de pie y dirigen su mirada hacia la iglesia.
De orígenes chichimecas, otomíes, toltecas y nahuatlacas quienes antes de la conquista ya degustaban los jugos del agave, hasta que en 1530 llegaron los españoles. La primera destilería se establece en 1600, pero es hasta fines del XVIII que surge como industria. Esta tierra del oro azul se levanta a las faldas del volcán de Tequila y el cañón del Río Grande, entre paisajes de cultivos de agave, antiguas haciendas y destilerías que fabrican la deliciosa bebida distintiva de México.
El Museo del Tequila ofrece una completa exposición sobre la historia y técnica de elaboración de la famosa bebida, además de una colección de botellas. Las artesanías que se producen en el municipio aluden al agave y a la producción del tequila. También se fabrican objetos de barro.
Parte del programa de Pueblos Mágicos desde 2003. Tequila, está ubicado a 1,700 m y de clima semiárido y subtropical, donde buena parte del año es seco y templado, con una temperatura promedio de 23 º C. Además del agave se cultivan ciruelas, mango y plátano.
En la cocina local es típica la birria, que muchos locales pasan con tejuinos y tequilas solos o en cóctel; ya como cena son típicas las tostadas y pozole.
A 1 h de Guadalajara. Se ubica casi al centro-poniente del estado, limita al norte Zacatecas y San Martín de Bolaños, al sur con Ahualulco de Mercado, Teuchitlán y Amatitán
Imprescindibles:
Visitar cuando menos dos fábricas de tequila con todo y degustación.
Cabalgar entre los campos de tequila.
Pernoctar en La Cofradía, el único hotel con fábrica de tequila.